Evoco este tipo de amor: hacia mi abuela hasta que aprendí a hablar, hacia mi padre hasta que descubrí que la sociedad es mercantil, hacia mi madre hasta que comprendí que quería manipularme, hacia mi ex hasta que constaté que en todo amor humano, existe una condición...porque de allí provenimos, así dice mi amigo Malraux y a él y mi experiencia si que regalo creer.
Podemos esforzarnos, podemos sentir desvanecer el cuerpo frente a otro, sentir que nos sometemos enteros no en desmedro de un apego infranqueable por la libertad más íntima....me encantaría un cuento de aquellos, donde en el amar no existiera condición alguna...y me esfuerzo en ello, ahora lo hago por mis ideales, por mis valores, pero el sentirme hormiga marciana en tierra de gigantes me ha obligado a pensar que si lo hago, puedo morir bajo el pie de un insignificante y gris gigante...es posible también que aquella sea una muerte digna, aunque nadie la recuerde.
