Según la RAE, Diversión es la “Acción de distraer o desviar la atención y fuerzas del enemigo”…curiosa me pareció esta definición, cuando se aspira a la conciencia, al despertar y atención plena de todos los sentidos: la apertura.
¿Eludir o desviar las fuerzas del enemigo? Me gusta esa idea…asumiendo que mis únicos enemigos están dentro de mí, los demás solo existen en formas demasiado fáciles de hacer desaparecer; opto por el contraataque, los cobardes desvían o eluden, hay quienes optamos por ir de frente, duele a veces, es cierto, también reconforta, tranquiliza, sin necesidad de salir arrancando de uno misma.
Tampoco es una cuestión de gravedad, sí de optar por un tipo de diversión distinta, podría elaborar una encuesta y preguntar: ¿Cómo se divierte usted? Hay quienes lo hacen remeciendo el cuerpo, aquello que en cenizas se convierte o en el festín de gusanos o reptiles no muy atractivos; yo prefiero remecer los sentidos, caminar, recorrerme por dentro, interrogarme, hacer bailar mi paladar con mis oídos, lo que toco con lo que veo, celebrarme y porque no decirlo, también condenarme; prefiero el silencio antes de la estridencia, la soledad más absoluta, las compañías escogidas no impuestas, el pasar las horas navegando frente a una mirada que me habla sin palabras, que nada oculta, prefiero la diversión que desvía mis fuerzas de lo importante hacia lo imprescindible para mis cultivos, esos, que no dependen de nada más que de mi propia voluntad, de mis deseos, de mis ansias….de hacer llover o salir el sol, porque yo, así lo quiero….se imaginan…uf…cuanta infelicidad se evitaría en el mundo este, tan sobrecalentado, si todo dependiera de la mera voluntad de quienes lo habitan…se debe considerar entonces, que no todos conocen el poder de la voluntad, que entre otras es el acto con que la potencia íntima admite o rehuye una cosa, queriéndola, o aborreciéndola y repugnándola. Es también, amor, cariño, afición, benevolencia o afecto, la elección hecha por el propio dictamen o gusto, sin atención a otro respeto o reparo….cuando mi sol necesita de otra voluntad, suelo insistir, es como jugar un gallito conmigo misma, más que con el otro, porque yo necesito mi sol, el único posible de hacerme reír…me apresto al combate…puedo perder en fuerzas, mi voluntad permanecerá siempre, incólume y entera….sin olvidar a mi amigo Roland “con el pesimismo de la razón, con el optimismo de la voluntad”…ahora, le discuto a Sartre porque yo no quería “llegar a la edad de la razón”, mi voluntad me dice entonces, sigue divirtiéndote como quieras, porque aún, la edad de la razón, no acaba de contaminar tu libertad.
¿Eludir o desviar las fuerzas del enemigo? Me gusta esa idea…asumiendo que mis únicos enemigos están dentro de mí, los demás solo existen en formas demasiado fáciles de hacer desaparecer; opto por el contraataque, los cobardes desvían o eluden, hay quienes optamos por ir de frente, duele a veces, es cierto, también reconforta, tranquiliza, sin necesidad de salir arrancando de uno misma.
Tampoco es una cuestión de gravedad, sí de optar por un tipo de diversión distinta, podría elaborar una encuesta y preguntar: ¿Cómo se divierte usted? Hay quienes lo hacen remeciendo el cuerpo, aquello que en cenizas se convierte o en el festín de gusanos o reptiles no muy atractivos; yo prefiero remecer los sentidos, caminar, recorrerme por dentro, interrogarme, hacer bailar mi paladar con mis oídos, lo que toco con lo que veo, celebrarme y porque no decirlo, también condenarme; prefiero el silencio antes de la estridencia, la soledad más absoluta, las compañías escogidas no impuestas, el pasar las horas navegando frente a una mirada que me habla sin palabras, que nada oculta, prefiero la diversión que desvía mis fuerzas de lo importante hacia lo imprescindible para mis cultivos, esos, que no dependen de nada más que de mi propia voluntad, de mis deseos, de mis ansias….de hacer llover o salir el sol, porque yo, así lo quiero….se imaginan…uf…cuanta infelicidad se evitaría en el mundo este, tan sobrecalentado, si todo dependiera de la mera voluntad de quienes lo habitan…se debe considerar entonces, que no todos conocen el poder de la voluntad, que entre otras es el acto con que la potencia íntima admite o rehuye una cosa, queriéndola, o aborreciéndola y repugnándola. Es también, amor, cariño, afición, benevolencia o afecto, la elección hecha por el propio dictamen o gusto, sin atención a otro respeto o reparo….cuando mi sol necesita de otra voluntad, suelo insistir, es como jugar un gallito conmigo misma, más que con el otro, porque yo necesito mi sol, el único posible de hacerme reír…me apresto al combate…puedo perder en fuerzas, mi voluntad permanecerá siempre, incólume y entera….sin olvidar a mi amigo Roland “con el pesimismo de la razón, con el optimismo de la voluntad”…ahora, le discuto a Sartre porque yo no quería “llegar a la edad de la razón”, mi voluntad me dice entonces, sigue divirtiéndote como quieras, porque aún, la edad de la razón, no acaba de contaminar tu libertad.
