sábado, abril 08, 2006

Una Mujer Sentimental


“I think myself into love, I dream myself out of it”, Hazlitt.

Como dice Javier Marías en este libro “no sé si contaros mis sueños, son sueños más propios de un adolescente que de un ciudadano”.

Antes de continuar, agradezco a mis amigos, especialmente a Berna y a Antonio, a la primera porque es todo lo racional que yo no soy y es mi terapeuta, a Antonio por ser mi amigo, por estar, por su sabiduría y como dice la última canción que me regaló “La desvelada Vidalita”: “puede enseñarme a volar aunque no seguirme el vuelo, porque su corazón está apagado”, le agradezco por amar mi inocencia, y entregarme un silencio o una palabra, solo una, la precisa, la que mi alma necesita en ese momento, por adivinarme, por conocerme, por saber mejor que yo quién soy, le doy las gracias.
Hoy envidio la belleza de esta ciudad de noche, llena de luces que parpadean, que señalan lo infinito, lo amplio y diverso de esta y todas las ciudades, las hay rojas, amarillas blanquecinas y amarillas intensas, como diferenciando brillantes, desde aquí puedo verlas todas y admirar silenciosamente su paisaje, sin tocarlas me convocan a imaginar mis sueños, y tener una certeza de desconocido origen, que todos, absolutamente todos mis sueños serán concedidos por el tiempo, y por mi fuerza claro, por mis ganas, por esas que me mueven a pensar que un día, las personas se alarmarán menos, comprenderán más, serán capaces de leer los mensajes de otros sin sentirse atacados ni condenados, serán menos resentidos tal vez por sus pasados, mirarán con optimismo lo que viene y se dirán a si mismos que todo todo depende de lo que ellos hagan por conquistar sus cumbres, aunque ya sea invierno y baste algo más que un bastón para llegar. Sueño también que un día las personas se atreverán más, como me dijo mi sobrina ayer “no quiero un hermano hombre, no me gustan los niños porque tienen pene”, dado a mi me gustan mucho los hombres pensé en el porque de su comentario, sabio comentario por lo demás, si constato que los hombres piensan, actúan y deciden con una cabeza que precisamente no esta sobre cuello sino ente sus piernas, sueño con que un día, sean menos primitivos los encantadores hombres, un poco más sensibles y concretos, menos simplones, ególatras, habladores y perseguidos.
Un día esta ciudad se abrirá entera para todos y todas…también para mí…..en ese preciso instante celebraré la llegada de mi primavera, esa que no llega con los años, con los meses o con los días, sino con la conquista de mis cumbres.

jueves, abril 06, 2006

Tan Lejos, Tan Cerca

Hoy me acordé de este programa que la radio Concierto transmitía cada mañana Santiago Elordi enamorado de una mujer de nombre Ivonne, le escribía cartas desde un remoto lugar, prometiéndole que volvería, que lo esperara, que su amor viviría por siempre.
Me acordé tal vez, porque hoy recibí un mensaje de alguien especial, de esas personas que conoces y que nunca más se van, aunque lo desees con todas tus ansías siempre permanecen en tí, el mensaje decía: "un corazón muerto no puede amar, puedo enseñarte a volar pero no volar contigo". Más que dolerme, me alegró profundamente su mensaje, porque él sabe que sin vuelo ni existo ni soy, que aunque lo intente varias veces, me distraigo con la mariposa naranja de manchas lilas, con el avión de un motor sonoro, con la breve rama que se cruzó en mi camino, con la paja entrecruzada mágicamente de algún nido, o en casos más críticos colisiono con el muro blanco que nunca ví. Llevamos tiempo ejercitando el vuelo, mi porfía solo a veces ayuda, porque la tosudez se interpone entre el vuelo y mi objetivo, en el siempre decir "ya sé", aunque no tenga idea..porque en el colegio de chiquitita me dijeron que quien no sabía era un tonto, hoy solo le creo a aquellos que declaran ignorancia; profunda e infinita.

lunes, abril 03, 2006


Lo más oscuro de la noche es un poco antes de amanecer....

domingo, abril 02, 2006

Un beso para Vicente


La vida es un viaje en paracaídas y no lo que tú quieres creer.
Vamos cayendo, cayendo de nuestro cenit a nuestro nadir y dejamos el aire manchado de sangre para que se envenenen los que vengan mañana a respirarlo.
Adentro de ti mismo, fuera de ti mismo, caerás del cenit al nadir porque ése es tu destino, tu miserable destino. Y mientras de más alto caigas, más alto será el rebote, más larga tu duración en la memoria de la piedra.
Hemos saltado del vientre de nuestra madre o del borde de una estrella y vamos cayendo.
Ah mi paracaídas, la única rosa perfumada de la atmósfera, la rosa de la muerte, despeñada entre los astros de la muerte.
¿Habéis oído? Ese es el ruido siniestro de los pechos cerrados.
Abre la puerta de tu alma y sal a respirar al lado afuera. Puedes abrir con un suspiro la puerta que haya cerrado el huracán.
Hombre, he ahí tu paracaídas maravilloso como el vértigo.
Poeta, he ahí tu paracaídas, maravilloso como el imán del abismo.
Mago, he ahí tu paracaídas que una palabra tuya puede convertir en un parasubidas maravilloso como el relámpago que quisiera cegar al creador.
¿Qué esperas?
Mas he ahí el secreto del Tenebroso que olvidó sonreír.
Y el paracaídas aguarda amarrado a la puerta como el caballo de la fuga interminable.
Y el nudo del canto que saldrá del pecho
Tu mirada que lleva la palabra al corazón
Y a la boca embrujada del ruiseñor
No hay tiempo que perder
A la hora del cuerpo en el naufragio ambiguo
Yo mido paso a paso el infinito

El mar quiere vencer

Y por lo tanto no hay tiempo que perder
Entonces
Ah entonces
Más allá del último horizonte
Se verá lo que hay que ver