miércoles, diciembre 28, 2005

Plenitud


Corría por las calles esperando un signo "pare" en rojo...con pies, manos, ojos, oídos, labios y sonrisas, que abriera la boca y en un murmullo la obligara a detenerse, a callar, a no demostrar nada...a no competir, a pensar menos, a lanzarse, otra vez, a los días, a las noches, a disfrutar perderse sin brújula, cerros ni sol, perderse en un viaje sin retorno, decidir avanzar y no girar los ojos...esperó, esperó....

En la espera, en esa sala desagradable, donde ni siquiera se disfruta el ocio, porque la angustia mata cualquier relajo, decidió no confiar, creer menos, protegerse del viento frío que rozaba sus mejillas mientras corría....sintió temor, no se rindió.

Cambió de ritmo, miro a su alrededor y pensó que ya no tenía sentido correr, entre tanto apuro, no veía aquello que debía ver, que realmente deseaba ver: el puente, alguna mirada anhelante, distinguir las almas vacías y llenas, los regalos del tiempo, el atardecer sobre un roca, la casa soñada de la primera juventud.

Ahora camina, evita correr, si se pierde, sigue no importándole mucho, pero ya no atropella ni colisiona con ninguna señalética, es un caminar nuevo que invita a disfrutar un viaje, donde no existe el miedo ni la verguenza a ser...es un traslado hacia el centro, ese que de vez en cuando logra conectarse con otros. Muchas Gracias a esos otros, aunque nunca lo sepan, su centro, a veces se conecta con el suyo, esa comunión ofrece también la esperanza de creer que el avanzar, depende menos de la velocidad y más del ritmo que concedamos a nuestro andar.

3 comentarios:

Juan Vera dijo...

Plenitud y comunión ¿Logramos la comunión con otros cuando estamos en nuestra plenitud? ¿Es la plenitud el resultado de lograr esa comunión?

También, Paulina, me parece interesante esa distinción entre velocidad y ritmo. Si recuerdas a los músicos que fueron al Taller de Liderazgo es probable que encuentres otras perspectivas para esta reflexión:

armonía
ritmo
melodía
tempo
dinámica

lo digo intuitivamente sin tono doctoral

Juan Pablo Belair dijo...

Avanzar, correr o caminar incluso, no estar físicamente en el mismo espacio sino moverse hacia adelante o lo que creemos es hacia allá, el pánico a la estasia, a permanecer en el mismo lugar, a no ir más allá sin saber donde es más acá. De verdad me pregunto ¿para qué?.

WWW.KRISTIANZ.COM dijo...

...el faro es la respuesta, y lo sabes verdad?...ambos lo sabemos.
Besos en forma de llúvia.
Kristian.