Acabo de llegar del cine, esta última pelicula de Andrés Wood me gustó, no sé si tanto como Machuca; lo cierto es algo liviana sin caer en el lugar común, invita a la emoción y a la risa sin desbordar.
Es un película tibia, destaca eso sí entre las frías producciones chilensis; auspiciada por BancoEstado, el Cementerio General, la Escuela de Carabineros y las prostitutas del Parque Bustamante....intenta ilustrar una parte del Chile de hoy: sobreendeudado, insensible, quejumbroso, autosuficienrte, desolado, apitutado, desigual, divorciado, emicionado, frágil, culposo, agresivo...la síntesis de las tres historias: Teresa una sicóloga separada de un patán y una hija de quince años, Edmundo un cuarentón mamón y abandonado y Mario músico recién llegado de Viena que busca insertarse en la "música clásica santiaguina" termina siendo orfeón de Carabineros...todos persiguen un sueño...no sé si pueda llamarse el sueño americano de un chileno el 2008...de telón de fondo Transantiago, bocinazos, ruido mucho ruido, el ruido propio de esta ciudad de Chile...una ciudad que a ratos parece tan abandonada al smog, al frío o al calor intensos, a lo que provoca el roce de una excesiva diversidad humana que definitivamente es posible no quepa entre tanta fragmentación de...cerros grises y rios sin agua...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario