Y ahí estaba Richard Gere otra vez, con más surcos que los acostumbrados en el rostro, y la protagonista de "Bajo el sol de Toscana" cuyas historias en la pantalla se repiten: mujer gorreada o maltratada por el marido, siempre eligiendo mal...Tenía su estilo la película, aún cuando al salir queda la sensación de "no maten a Richard Gere".
Enamorada quedé de la posada de la bisabuela, con tormenta y todo, las ventanas azules me mataron...incluso más que la pieza azul...
Los caballos corriendo por la playa al terminar la película, aún cuando se entiende representaban un símbolo...algo así como...y el amor perdura....no, mal...
Lo bueno de la historia, el desapego, el juego de opciones que siempre llevan al "costo beneficio"...encuentros, desencuentros, más amor....cartas con sellos postales no con extensiones cibernèticas...vivir el día, celebrar, celebrar la vida y el amor por cierto, que en general, suele mostrarse instantáneo, fugaz, eterno y feble...si al final, certeza hay...que todos quedaremos pa fiambre...por eso la cremación no es mala idea y que despúes te tiren al mar...si, si...volver a nacer, mil veces...y reventar en orillas y destinos, siempre distintos...nuevos, nuevos...
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